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ESCÁNDALO EN LA JUSTICIA | Renunció la jueza Julieta Makintach tras el escándalo por el juicio por la muerte de Diego Maradona

La renuncia de la jueza Julieta Makintach no es una más en la historia judicial argentina. Su salida abrupta, en medio de un escándalo mediático y jurídico de proporciones inéditas, sacude la legitimidad del proceso judicial por la muerte de Diego Armando Maradona, uno de los casos más sensibles y mediáticos del país.

Y vos, como ciudadano, como parte de una sociedad que exige verdad y justicia, tenés derecho a conocer qué pasó, cómo se llegó a este punto, y por qué la credibilidad del Poder Judicial vuelve a quedar en jaque.

En este artículo vas a encontrar una mirada profunda y detallada sobre el caso: quién es Julieta Makintach, qué rol jugó en el juicio por la muerte del 10, cómo se involucró en un documental secreto, por qué fue anulada su actuación, y qué consecuencias puede enfrentar ahora.

¿Quién es Julieta Makintach y qué hacía en el juicio por la muerte de Maradona?

Julieta Makintach era jueza del Tribunal Oral Criminal N.º 3 de San Isidro, designada para llevar adelante uno de los juicios más esperados de los últimos años: el juicio oral por la muerte de Diego Maradona, fallecido el 25 de noviembre de 2020, en circunstancias que aún se investigan como presunta negligencia médica.

Su rol como jueza titular del tribunal le otorgaba una responsabilidad institucional altísima, no solo por la complejidad del caso, sino por el impacto público de cada paso que diera.

Pero lejos de actuar con la reserva, imparcialidad y sobriedad que exige su investidura, Makintach se convirtió en protagonista de un proyecto secreto y completamente incompatible con sus funciones judiciales: un documental de nombre “Justicia Divina”.

¿Qué es “Justicia Divina” y por qué generó tanto escándalo?

“Justicia Divina” es el nombre de un proyecto audiovisual que, de acuerdo a múltiples fuentes judiciales y periodísticas, se filmó mientras el juicio por la muerte de Maradona estaba en curso. En ese documental participaron productores externos, se utilizaron cámaras ocultas, y se grabaron imágenes y entrevistas dentro del propio despacho de la jueza Makintach, e incluso en el interior del tribunal.

La magistrada, lejos de negar su participación, figura directamente en las escenas, discutiendo aspectos del juicio, reflexionando sobre el impacto del caso, e incluso ensayando líneas de interpretación de su rol como jueza. Todo esto, mientras aún se tramitaba el juicio oral.

Esta situación generó una alarma institucional sin precedentes: una jueza no puede involucrarse en ningún tipo de producción que intervenga en el relato de una causa en trámite. Es una falta gravísima a la ética judicial, a la imparcialidad y al debido proceso.

¿Por qué fue anulada su actuación y qué dijo el Jury de Enjuiciamiento?

Ante la gravedad de los hechos, el Jury de Enjuiciamiento de Magistrados intervino de inmediato. La votación fue contundente: la apartaron del proceso judicial por considerar que había incurrido en causales suficientes de mal desempeño.

Si bien Makintach intentó defenderse alegando que se trataba de un ejercicio “pedagógico y reflexivo”, lo cierto es que la realización de un documental secreto en el marco de un juicio en curso vulnera la reserva del proceso, afecta la garantía de defensa en juicio y desnaturaliza el rol de juez como tercero imparcial.

Frente al inminente juicio político y a la posibilidad de ser destituida, Julieta Makintach renunció voluntariamente, enviando una carta en la que expresó:

“Reconozco el impacto institucional de mis acciones y me aparto por el bien de la justicia”.

Pero para muchas voces del ámbito judicial, su salida no alcanza para reparar el daño ya causado.

Fernando Burlando: “Vamos a pedir su detención”

La reacción de los querellantes no tardó en llegar. Fernando Burlando, abogado de Dalma y Gianinna Maradona, fue terminante:

“Esto es gravísimo. No es solo una falta ética, es una violación del sistema judicial. Vamos a pedir la detención de la jueza Makintach”.

Burlando sostiene que la exmagistrada podría haber incurrido en delitos como abuso de autoridad, incumplimiento de deberes de funcionario público e incluso obstrucción de la justicia, ya que su participación en el documental pudo haber afectado el desarrollo normal del juicio.

Además, no descarta acciones judiciales contra quienes participaron en la filmación del documental, incluidos los productores, camarógrafos y posibles financiadores del proyecto, que aún no han sido identificados públicamente.

¿Qué pasa ahora con el juicio por la muerte de Maradona?

El impacto de este escándalo es mayúsculo. El juicio oral, que debía comenzar este año, fue anulado. Toda la estructura probatoria, las designaciones y hasta las fechas deben ser reconfiguradas.

Esto significa:

  • Se deberá designar un nuevo tribunal que tome el caso desde cero.
  • Se revisarán las actuaciones previas de Makintach, para evaluar si alguna decisión puede haber estado contaminada por su conducta.
  • Se podrían retrasar meses —o incluso años— los avances del proceso.

Mientras tanto, los imputados por la muerte de Maradona —entre ellos médicos, enfermeros y coordinadores de su atención domiciliaria— siguen esperando una resolución judicial. Pero ahora, con un proceso manchado, la posibilidad de que la verdad salga a la luz se complica aún más.

¿Qué implicancias tiene este escándalo para la justicia argentina?

El caso Makintach pone al desnudo una peligrosa tendencia dentro del sistema judicial argentino: la espectacularización de la justicia. En lugar de actuar con la prudencia y neutralidad que impone la función, algunos jueces y fiscales parecen más preocupados por su imagen pública, sus redes sociales o sus apariciones en medios, que por impartir justicia real.

El episodio de “Justicia Divina” es el punto más extremo de esa tendencia. Una jueza protagonista de un juicio de alto perfil decide participar en un documental antes de dictar sentencia, comprometiendo así no solo su imagen, sino la legitimidad del proceso entero.

Frente a esto, como sociedad, debemos preguntarnos con seriedad qué tipo de justicia queremos. ¿Una que sea funcional a la televisión y las plataformas de streaming? ¿O una que se base en los principios constitucionales de objetividad, imparcialidad y reserva?

¿Hay precedentes de algo así en la historia judicial del país?

No. Este caso es absolutamente inédito en la historia argentina. Nunca antes se había comprobado que una jueza participara activamente en un contenido audiovisual secreto, grabado en pleno ejercicio de su función, y relacionado directamente con un juicio en trámite.

Si bien hubo episodios de magistrados mediáticos, filtraciones a la prensa y conductas impropias, lo de Makintach cruza todas las líneas. Por eso su renuncia no alcanza. Y por eso hay cada vez más voces que piden su imputación penal.

¿Por qué este escándalo no puede quedar en silencio?

Porque no se trata de un error individual. Se trata de una fractura institucional profunda, que puede sentar un precedente negativo si no se actúa con firmeza. Si una jueza puede filmar un documental sobre una causa en curso y luego retirarse sin consecuencias, el mensaje es devastador: los límites de la Justicia no existen, y todo se puede convertir en espectáculo.

Como ciudadano, como parte de una sociedad democrática, no podés naturalizar estos hechos. La Justicia está para proteger derechos, garantizar equidad y resolver conflictos, no para ser una escenografía de streaming.

¿Creés que la jueza Julieta Makintach debería enfrentar consecuencias penales por su rol en el documental sobre la muerte de Maradona? Dejá tu comentario y compartí esta nota para que la Justicia deje de ser un show y vuelva a ser lo que debe ser: una institución al servicio del pueblo.



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