En menos de 48 horas, el Gobierno de Javier Milei ha experimentado una serie de revéses en el Congreso, evidenciando no solo la falta de dominio libertario en el Poder Legislativo, sino también la potencialidad de este último para marcar la agenda y desafiar al oficialismo con medidas como el mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que el Senado rechazó recientemente.
La primera señal llegó desde la Cámara de Diputados, donde la oposición, liderada por el bloque de Miguel Ángel Pichetto, dejó en claro su capacidad para conformar una mayoría circunstancial capaz de imponer su agenda. Aunque la sesión convocada para debatir una nueva fórmula previsional fracasó por falta de quórum, la estrecha brecha de 10 diputados que necesitaba la oposición para sesionar se redujo notablemente durante los discursos, llegando a contar con 124/126 diputados presentes en el recinto. Sin embargo, las demoras en los vuelos y los llamados de gobernadores para evitar confrontaciones con el Presidente impidieron que la oposición pudiera llevar a cabo la sesión como esperaba.
En el Senado, el rechazo al polémico DNU 70/23 fue aún más contundente. Con una amplia mayoría, incluyendo a los bloques provinciales y dos radicales, se logró rechazar el decreto, con solo el grueso de lo que supo ser Juntos por el Cambio acompañando a los libertarios en la votación.
Ahora, el futuro del DNU se encuentra en manos de Diputados, donde la falta de quórum y la posible inclinación hacia el rechazo del decreto hacen que su aprobación sea incierta. Con la circulación de borradores del paquete fiscal y el Pacto de Mayo en discusión, las predicciones se vuelven difíciles de hacer.
En resumen, la semana ha sido un claro recordatorio para La Libertad Avanza de que su poder en el Congreso está lejos de ser absoluto, y que enfrentará desafíos significativos para impulsar su agenda legislativa en el futuro cercano.





