“El hambre es el límite”, es la consigna de los movimientos sociales que integran la Unión Trabajadores de la Economía Popular y organizaciones de izquierda para realizar este “piquetazo nacional” .
En medio de una jornada convocada por la izquierda y movimientos sociales alineados con el kirchnerismo y otros sectores, se desató un escenario de tensión en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires. Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en los puentes Pueyrredón y Saavedra marcan un punto crítico en el panorama político y social del país.
Las agrupaciones de izquierda y organizaciones sociales expresaron su repudio al gobierno del presidente Javier Milei, exigiendo atención a la emergencia alimentaria y denunciando el ajuste a la economía popular. Esta movilización, con 500 cortes programados en todo el país, representa un desafío directo al protocolo antipiquetes implementado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
El despliegue de fuertes operativos por parte de las fuerzas federales en los accesos a la Ciudad buscaba evitar cortes de tránsito, lo que generó un enfrentamiento directo con los manifestantes. En el Puente Pueyrredón, la tensión se agudizó con el uso de gases lacrimógenos por parte de la Prefectura para disuadir a los protestantes, mientras que en Puente Saavedra, la Policía de la Ciudad montó un operativo para contener a los manifestantes.
La presencia de destacadas figuras de la izquierda y movimientos sociales, así como la adhesión de numerosas organizaciones, resalta la magnitud de la protesta y su impacto en la agenda política nacional. Movimientos como el Polo Obrero, la Unidad Piquetera, el Frente Popular Darío Santillán, el Movimiento Evita, entre otros, han convergido en esta jornada de movilización.
Por otro lado, la firme postura de la ministra Bullrich, anunciando la aplicación del protocolo antipiquetes sin concesiones, refleja la tensión creciente entre el gobierno y los sectores sociales movilizados. Este enfrentamiento evidencia la profunda polarización que atraviesa la sociedad argentina, con reclamos urgentes en medio de un contexto económico y social cada vez más complejo.
El llamado a la atención por parte de las organizaciones sociales, bajo la consigna “El hambre es el límite”, resuena como un grito desesperado ante la situación de vulnerabilidad que afecta a amplios sectores de la población. La respuesta del gobierno ante estos reclamos marcará un rumbo crucial en la relación entre el Estado y la sociedad civil.
El piquetazo contra Javier Milei refleja una realidad social en ebullición, donde las demandas urgentes de los sectores más vulnerables se enfrentan a la rigidez del poder político. Es fundamental que estas tensiones se canalicen hacia soluciones efectivas que atiendan las necesidades reales de la población y promuevan un diálogo constructivo entre todas las partes involucradas.





