La industria textil y del calzado, pilares fundamentales de la producción nacional y generación de empleo, se encuentran en estado de alerta debido a las políticas económicas que están afectando su desempeño. En un contexto de consumo en declive y competencia desleal por importaciones desreguladas, estos sectores enfrentan grandes dificultades para mantenerse a flote.
La situación actual refleja una disminución del 30% en las ventas, suspensiones de personal e importaciones sin regulación, lo que pone en riesgo la estabilidad de numerosas empresas, especialmente las pymes industriales. A medida que el consumo interno se contrae y se flexibilizan las importaciones, las perspectivas económicas se tornan cada vez más sombrías para la industria textil y del calzado.
El deterioro en el nivel salarial de la población ha impactado negativamente en la demanda interna, exacerbando la situación para estos sectores que dependen en gran medida del mercado local. La reapertura indiscriminada de importaciones y la falta de protección a la producción nacional han provocado una crisis en la industria, similar a la experimentada en períodos anteriores de la historia económica argentina.
En lo que va del año, la industria ha mostrado una contracción significativa, con una caída del 8,3% en la actividad en diciembre respecto al año anterior. Esta tendencia a la baja se ha mantenido en los primeros meses de 2024, acumulando nueve caídas consecutivas y una disminución del 11,1% en el primer bimestre respecto al año anterior. La utilización de la capacidad industrial se ha ubicado en niveles históricamente bajos, mientras que el empleo en el sector se ve amenazado por suspensiones y reducciones de personal.
En particular, el sector textil y del calzado ha sido severamente afectado, con una contracción del 9,5% en la producción textil en enero y una caída del 13,3% en la actividad de prendas de vestir, cuero y calzado. Estas cifras reflejan una realidad preocupante para la industria, con una disminución del empleo y una capacidad instalada subutilizada.
La crisis del consumo en el mercado interno se ha traducido en una reducción de las ventas minoristas, con una caída del 12,6% en marzo y una disminución acumulada del 22,1% en el primer trimestre del año. Esta situación ha llevado a muchos comercios a enfrentar meses difíciles, con una baja demanda y aumentos de costos.
Ante este escenario desafiante, la industria textil y del calzado busca mantenerse a flote y encontrar soluciones para superar esta crisis. Sin embargo, las perspectivas futuras son inciertas, con proyecciones que anticipan un panorama complicado para los próximos meses tanto en la producción como en la demanda.
En resumen, la industria nacional enfrenta uno de sus mayores desafíos en años, con el sector textil y del calzado en primera línea de batalla. La esperanza reside en encontrar políticas que protejan y promuevan la producción nacional, permitiendo que estos sectores puedan recuperarse y continuar contribuyendo al desarrollo económico del país.
