Por Ricardo Miguelez
La partida de Omar Dalponte deja un vacío difícil de llenar. No solo se fue un gran artista, sino también un ferviente defensor de la cultura popular, un hombre comprometido con su comunidad y un referente ineludible para quienes tuvimos el privilegio de compartir con él escenarios, micrófonos y charlas enriquecedoras.
Tuve la suerte de coincidir con Omar en múltiples ocasiones. Juntos llevamos adelante funciones de teatro y actividades artísticas en las plazas de Lanús, brindando espectáculos gratuitos a los vecinos que, con entusiasmo y gratitud, se acercaban a disfrutar de nuestro trabajo. Para Omar, el arte no era solo una expresión personal, sino un puente para conectar con la gente, una herramienta para educar, entretener y sembrar conciencia.
Aún resuena en mi memoria su voz firme y apasionada en el Museo Histórico de Lanús, donde compartía su vasto conocimiento con generosidad y entrega. Sus palabras no solo narraban hechos del pasado; eran una invitación a comprender la historia desde una mirada crítica y comprometida.
En los últimos tiempos, tuve el honor de conversar con él en Intensos, nuestro programa de radio. Sus intervenciones siempre aportaban lucidez y profundidad, dejando en cada diálogo una enseñanza, una reflexión, un llamado a la acción. Porque Omar no solo hablaba: inspiraba.
Su partida es, sin dudas, una pérdida irreparable. Pero su legado permanecerá vivo en cada rincón de Lanús, en cada persona que tuvo la fortuna de conocerlo, en cada palabra que nos dejó.
Que descanses en paz, querido Omar. Tu voz
